sábado, 9 de marzo de 2013

Manifiesto concentración 9M Botines.



Hoy hablamos de los concejos, con mas de 1000 años de existencia y que surgen en el Reino de León a raíz del sistema de poblamiento. El sistema implantado ha demostrado su efectividad y bajo coste administrativo a lo largo de los siglos. Debido a sus características únicas, sigue siendo valido hoy en día.

El sistema ha recibido ataques en los siglos XIX y XX con intentos de modificación de leyes o incluso la amenaza de su eliminación, los intentos fueron vanos y los concejos mantuvieron su estatus. Actualmente el sistema es plenamente operativo, funciona y funciona muy bien.

Concejos, juntas vecinales, pedanías, parroquias, nos demuestran que un sistema implantado entre los siglos IX y XI ha sufrido una evolución sin perder ni un ápice de efectividad, sigue cumpliendo a la perfección 1000 años después su cometido, la organización y el aprovechamiento de los bienes comunales sean de nacimiento o empadronamiento.

Existen dos grandes pilares sobre los que se asientan las juntas vecinales. El primero es la propiedad, los usos y el aprovechamiento de lo común.

Dentro de este apartado no solo tenemos la propiedad de los bienes y terrenos comunes, las juntas vecinales gestionan el uso y aprovechamiento de bosques y montes (madera , recolección de productos), pastos, cotos de caza y pesca, aprovechamientos hídrico tanto para el abastecimiento humano ( de los mismos pueblos) como los derechos sobre cauces y aprovechamiento hidroeléctrico, disponen así mismo de la facultad de decidir sobre la instalación de elementos de energías renovables en las crestas de sus montes.
Son las encargadas del cuidado y el mantenimiento de este patrimonio. Todos lo elementos citados, generan recursos y ahorro al no tener que adquirirse, también la posibilidad de implantación de tasas, concesiones o alquileres, cantidades que íntegramente revierten en la junta vecinal, siendo esta la que lo gestiona y decide el destino de lo obtenido. La junta vecinal decide donde, como y cuando gasta lo obtenido.

El segundo pilar sobre el que descansa la junta vecinal es el del tipo de organización en la toma de decisiones y la gestión de lo común. Todos están implicados, todos opinan y todos deciden para bien o para mal su propio destino ¿existe una democracia mas pura? La representación es directa no existen niveles de representación, un sistema con 1000 años de implantación que representa una democracia directa sin intermediarios, algo que puede servir de ejemplo, como método de organización.

Estos son los elementos básicos de las juntas vecinales, la obtención de beneficios económicos de sus bienes y propiedades que se reinvierten en la comunidad, haciéndolas sostenibles en el tiempo y una democracia directa en la toma de decisiones, algo muy poco usual en las estructuras jerarquizadas a las que estamos acostumbrados.

Algunos nos preguntamos como quedara el paisaje en el caso de que el anteproyecto de ley sea aprobado. Cuatro borradores antes de su presentación final, en los cuatro las entidades locales menores sufrían, una eliminación en el primer borrador, la disolución en el segundo, la perdida de la personalidad jurídica e imposición de condiciones de difícil cumplimiento en los dos últimos.

En su redactado aparecen elementos contrapuestos mientras se habla de ”El objetivo de racionalizar la estructura organizativa de la Administración local se refleja en las medidas incluidas para fortalecer a las Diputaciones provinciales”en el articulo primero dice “de conformidad con los principios de descentralización, proximidad, eficacia y eficiencia”. Si actualmente esta descentralizada, es próxima, eficaz y eficiente, los motivos para la presentación del anteproyecto no deben de ser los que públicamente indican.

Lo que si aparece claramente es la posibilidad de eliminación de la Junta vecinal si no cumple ciertos requisitos y plazos. El primero para la presentación de sus cuentas y el segundo sobre la valoración del ejercicio de sus competencias. En este último caso mediante Decreto de Gobierno. Pongámonos a temblar.

Si la ley es publicada, todos los bienes, derechos y propiedades de las juntas vecinales que sean eliminadas, van a pasar a los Ayuntamientos y los Montes de utilidad Pública a la Junta de Castilla y León, las cuales gestionarán y administraran de la forma que consideren oportuno. Todos conocemos cuales son sus intereses principales. Estamos ante un robo manifiesto de la propiedad del común.

Si la ley es publicada, se abre la puerta a la privatización de los servicios y recursos, a que empresas designadas, en este caso por la Diputación, que a su vez robaría competencias a los Ayuntamientos, y la propia Junta; gestionen y cobren por los antiguos bienes comunales. Llegando a situaciones como tener que pagar por el agua corriente donde antes era gratuita, pagar por utilizar la madera de los bosques, no recibir ingresos por el uso de los cotos de caza y pesca o no recibir ningún tipo de compensación por la instalación de un parque eólico en un antiguo monte comunal. Convertirán en un negocio privado los servicios públicos.

Si la ley es publicada, será la Junta de Castilla y León la que decida que servicios puede ofrecer un pueblo a sus habitantes, se va a controlar por medio de la figura del interventor y secretario que pagos se realizan o que proyectos e inversiones se aprueban, independientemente de lo que decida la junta vecinal o el representante político democráticamente elegido.

Si la ley es publicada, los servicios serán mas caros y de peor calidad, ya que desde la junta vecinal no se puede elegir quien te ofrece el servicio, ni dispondrá de herramientas para exigir unos mínimos de calidad y evidentemente la empresa designada por la Diputación o el Ayuntamiento deberá obtener beneficios a costa de la calidad de los servicios.

Si la ley es publicada, el pastel se lo repartirán entre Ayuntamientos vacíos de competencias y arruinados por el Plan Montoro, la Diputación y la Junta, dejando a los pueblos abandonados y sin recursos para autofinanciarse, serán estas instituciones las que abrirán o cerraran el grifo, los vecinos no dispondrán de herramientas para seguir manteniendo sus pueblos, dependerán totalmente, en muchos casos, de lo que se decida en un despacho a cientos de kilómetros.

Ya se ha hecho anteriormente, el anteproyecto debe parase. En la calle, en los hogares, en las iglesias, en los bares, en las fiestas, en las residencias, León debe alzar la voz y luchar para mantener un sistema que sigue en funcionamiento desde hace mas de 1000 años de forma sostenible. Lo que está en la base de todas estas agresiones, lo que las hace posible, es la total falta de respeto y reconocimiento hacia nuestra realidad, política y social.

Desde el Frente de defensa de las juntas vecinales, mostramos nuestra total oposición a una reforma que nos agrede como pueblo, como sociedad, no solo porque agrede a nuestras instituciones más básicas. Se va a perpetrar una agresión brutal, un retroceso de décadas, un expolio de la política municipal.

Pero además se visualiza una vez más la imposición en cuestiones de modelo político, económico y social a futuro. La situación es grave y exige una respuesta al mismo nivel; una respuesta como pueblo, desde la sociedad, desde todos los ámbitos y con la implicación de agentes políticos y sociales. Está en juego el futuro de los concejos.

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